En esencia, cuando una agencia i empresa matriz vende un auto demo, debe facturarlo considerando su valor de mercado real, el cual ya ha sido afectado por el uso y la depreciación. Si el precio de venta es superior al valor en libros (depreciado), esa diferencia se considera una ganancia en venta de activo fijo, la cual es gravable. Las autoridades fiscales monitorean esto para asegurar que las empresas paguen los impuestos correspondientes sobre sus utilidades, incluyendo aquellas derivadas de la venta de activos que ya han sido "deducidos" parcialmente a través de la depreciación.